Un día de verano, estaba en la playa, observando dos niños jugando en la arena.
Ellos trabajaban mucho, sudaban, construyendo un castillo de arena, con torres, pasarelas y pasadizos internos.
Cuando estaba casi acabado, vino una ola y lo destruyó todo, reduciendo el castillo a un montón de arerna y espuma.
Pensé que los niños llorarían desconsolados.... después de tanto esfuerzo y cuidado, sentí pena por ellos, pero tuve una sorpresa...
En vez de llorar, corrieron hacia la playa, huyendo del agua, sonriendo, de manos dadas.... y comenzaron a construir otro castillo....
Comprendí que había recibido una importante lección:
Gastamos mucho del tiempo de nuestras vidas construyendo alguna cosa.
Y más tarde o temprano, una ola puede venir y destruir lo que llevamos tanto tiempo para construir.
pero.. cuando eso suceda, solamente áquel que tiene otro para tomarle de la mano, será capaz de dar salir adelante riendo...
Todo es hecho de arena....
Sólo lo que permanece es la relación de amor con otras personas....por eso amemos, perdonemos y construyamos sin temor, porque lo más importante de la vida no es lo material....
Reflexionemos!
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