Había una vez un leñador que se levantaba de madrugada todos los días y trabajaba todo el día, cortando leña, sólo paraba de noche.
Este leñador tenía un hijo lindo, de pocos meses y una zorra, su amiga, era tratada como una mascota y era de total confianza del leñador.
Todos los días el leñador iba a trabajar y dejaba la zorra cuidando a su hijo. Todas las noches , al regresar del trabajo, la zorra estaba feliz con su llegada.
Los vecinos del leñador le alertaban que la zorra era un animal salvaje y que no era confiable. Le decían que cuando sintiera hambre se comería a su hijo. El leñador siempre le decía a los vecinos que eso era una bobería, que la zorra era su amiga y jamás haría eso!
Los vecinos insistían:
Leñador…. Abra los ojos!!!! La zorra se va a comer a su hijo!
Un día el leñador , cansado del trabajo y de los comentarios de los vecinos, al llegar a su casa vio a la zorra feliz como siempre pero con su boca completamente ensangrentada!
El leñador sudó frío y sin pensarlo dos veces, le cortó la cabeza a la zorra con su hacha….
El leñador sudó frío y sin pensarlo dos veces, le cortó la cabeza a la zorra con su hacha….
Al entrar al cuarto desesperado…. Encontró a su hijo, dormido tranquilamente en la cuna y al lado estaba una enorme serpiente mortal muerta!
El leñador enterró el hacha y la zorra juntos!
El leñador enterró el hacha y la zorra juntos!
Moral de esta historia:
Si confías en alguien no importa lo que los otros piensen a su respecto. Siga su camino y no se deje influenciar y principalmente, nunca tome decisiones precipitadas, se puede arrepentir!

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